Estaban reunidas unas quinientas mujeres en asamblea, no había más que un punto en el orden del día, cuando sonó una campanilla y se hizo el silencio.
Desde el estrado, la presidenta, con gesto severo, pero a la vez mostrando algo de complicidad interna, se dirigió a la concurrencia:
- Buen día, compañeras!! Estamos reunidas de forma extraordinaria para cambiarle el nombre al aparato reproductor masculino.
Gritos, muchos gritos y aplausos de todas las asistentes...
La presidenta empezó a desgranar preguntas e incógnitas:
- ¿Por qué decirle 'pito' si no suena? (gritos y aplausos...)
- ¿Por qué decirle 'pájaro' si no vuela? (gritos y muchos aplausos...)
- ¿Por qué decirle 'palo' si no es de madera? (más gritos y más aplausos...)
- ¿Por qué decirle 'pistola' si no mata? (aumenta el griterío...)
- ¿Por qué decirle 'banana' o 'plátano' si no es una fruta? (ruido ensordecedor por los gritos...)
- ¿Por qué decirle 'polla' si no pía ni come maíz? (se redoblan los gritos y los aplausos...)
- ¿Por qué decirle 'miembro' si no pertenece a ningún club? (estruendosos aplausos...)
- ¿Por qué decirle 'pipí' si no tiene ruedas ni pita? (ruido y júbilo total!!...)
Desde hoy, queridas amigas y asambleístas,
lo llamaremos 'Carlos...
sí! Carlos Slim'.
Silencio total en la sala!!
Todas se miran con asombro.
Sus caras eran todo un signo de ¡nterrogación.
Transcurridos unos interminables segundos, una mujer levanta su mano y pregunta:
- Señora Presidenta, ¿¿Por qué ese nombre??
La presidenta, rápidamente, con una sonrisa de satisfacción que le iba de oreja a oreja, responde con voz grave y sonora:
- Muy simple, compañeras, porque es
FEO
PERO....... ¡BRUTALMENTE RICO
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