Una pinche loca se diviertía corriendo en su silla de ruedas a lo largo y ancho del pasillo de un manicomio, imitando ruidos de coches de carrera.
De repente sale un loco de una habitación, la detiene y le dice:
Disculpe señorita, pero excedía usted el límite de velocidad permitido en esta avenida. ¿Puedo ver su licencia?
La loca se pone a buscar en su bata y saca un boleto del metro todo madreado de 1978.
El loco verifica el documento, se lo devuelve y la deja seguir.
La loca prende su veloz auto y arranca de nuevo a toda velocidad
y, al pasar otra vez ante la habitación del loco, éste surge de nuevo.
Vuelve a detenerla y dice:
Disculpe señorita, pero he visto como pasaba la doble línea continua. Le importaría mostrarme su tarjeta de circulación?
La loca revuelve otra vez en sus bolsillos y le entrega una envoltura de chicle motita de plátano que se medio comió hacía como 8 años.
El loco comprueba que los papeles están en regla, vuelve a amonestarla y deja que se vaya otra vez.
La loca se lanza de nuevo a toda velocidad por los pasillos... Y, al volver a pasar por el mismo sitio, el mismo pinche loco sale por tercera vez de su habitación, pero ahora totalmente desnudo y con el pene completamente parado!!.
La loca lo ve y exclama:
Ay, nooo!... Otra vez la prueba del alcoholímetro!!!
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